El resurgimiento del agro peruano
Fernando Cillóniz B.
Presidente de Inform@cción
Revolución silenciosa. Así habría que calificar al proceso de modernización y desarrollo que está ocurriendo en el agro peruano. Los agronegocios constituyen hoy en día una de las actividades más dinámicas de la economía peruana. Como consecuencia de ello, las exportaciones de frutas y hortalizas alcanzaron el año pasado US$1,400 millones, después de registrar tasas de crecimiento entre 20 y 25% anual durante los últimos cinco años. Y todo parece indicar que este ritmo de crecimiento se mantendrá por los próximos años.
Cada vez son más las regiones del país que se involucran en la actividad agroexportadora. Las áreas de nuevas plantaciones crecen año a año. La canasta agroexportadora se diversifica con la incorporación de nuevos productos. Y los mercados de destino también se multiplican con el correr del tiempo.
Ya el espárrago y el mango dejaron de ser los solitarios representantes de la horticultura y fruticultura peruana en el mundo. Y ahora los acompañan una serie de otros productos entre los que destacan la uva de mesa, la palta, el ají páprika, la alcachofa, el tangelo, la mandarina, el banano orgánico, etc.
Son alrededor de cincuenta los valles que tiene la costa peruana de frontera a frontera; desde Tumbes por el norte, hasta Tacna por el sur. Valles con excelente luminosidad, regados por ríos que traen el agua de los nevados y lagos alto andinos y que desembocan en el Océano Pacífico.
Centenares de huertos impecables, instalados con el mejor material genético y cultivados desde sus inicios por gente cuidadosa, sustentan la alta productividad y calidad de las frutas y hortalizas del Perú.
Europa, Norte América y Asia han sido los principales destinos de las exportaciones hortofrutícolas peruanas. Y la acogida no ha podido ser mejor. En tamaño, textura, color y sabor, las frutas y hortalizas peruanas han logrado una excelente acogida en los más exigentes paladares del mercado mundial. Por ello, el genuino interés de los principales comercializadores de alimentos frescos del mundo, y la gran demanda de las mayores cadenas de supermercados.
La agricultura exportadora peruana constituye un negocio relativamente nuevo en el país. Tan nuevo que a principios de la década pasada ésta brillaba por su ausencia en los mercados internacionales. No obstante, a la fecha se tienen alrededor de 100,000 hectáreas de plantaciones jóvenes altamente tecnificadas, pero se vienen muchas más en casi toda la costa peruana.
Ahora bien, ¿qué hay detrás de este despertar agrícola peruano? Evidentemente, el clima de la costa y la estacionalidad de la agricultura exportadora peruana, han jugado un papel importante en el resurgimiento del sector como también la política económica y comercial que son valoradas por el sector empresarial nacional e internacional. Sin embargo, habría que agregar que este despertar explosivo jamás se hubiera dado en la magnitud y velocidad que ha sucedido sin lo que yo llamaría “la mano tecnológica”.
Es decir, el conocimiento internacional que ayudó – y sigue ayudando mucho – en materia de tecnología agroalimentaria. En efecto, la mayoría de las empresas modernas que actualmente lideran el proceso agroexportador del Perú están siendo conducidas y/o asesoradas por técnicos de diversas partes del mundo, entre los que se encuentran expertos israelíes, europeos, asiáticos, norteamericanos y latinoamericanos.
En ese sentido, aprovecho la ocasión para expresar mi más sincero agradecimiento a todos los extranjeros que están participando con nosotros en esta noble tarea de modernizar la agricultura exportadora peruana para convertirnos en socios del apasionante negocio agroalimentario a nivel mundial.
Fuente. Agroindustria, una realidad con grandes expectativas. Noticiero Económico. Edición 40. Cámara de Comercio Italiana del Perú. Diciembre de 2009. Reproducido con permiso del editor.