Caballos de paso

CABALLO PERUANO DE PASO



Para estudiar el caballo de paso de nuestros días es necesario remontarse a su antecesor, el caballo español y particularmente en el de Andalucía, ya que este equino dio origen a nuestro corcel típico. Si bien es cierto que por las venas de nuestro ejemplar equino corre sangre árabe, ésta se manifiesta hoy muy escasamente, resaltando la raza berberisca que etnológicamente está en el caballo peruano más representada.

La raza caballar oriunda de España se puede clasificar en tres tipos:

El tipo español propiamente dicho,
El tipo andaluz berberisco y
El tipo jaca o hacanea.

El aspecto más discutido en lo que se refiere a nuestro caballo, ha sido el de su paso. No ha habido explicaciones precisas referentes a sus características más saltantes y podemos decir que el andar o el desplazamiento que posee nuestro caballo es original o especial y constituye una característica racial. Podemos manifestar que la cualidad original del caballo peruano es propia de nuestra raza, pues, aunque la andadura es, ciertamente el origen de lo que se llama el “paso llano”, solo la encontramos en algunas razas o como característica notable de algunos mestizos.

En el cuadro adjunto se incluye una comparación entre los caballos árabe, berberisco, pura sangre de carrera y peruano de paso, a fin de poder resaltar las cualidades de cada una de ellos, apreciar sus virtudes y diferencias con una visión comparativa.

La mayor parte de los caballos en el mundo se desplazan en forma diagonal, es decir que el casco anterior y posterior del lado opuesto se levantan a un mismo compás mientras los otros dos se encuentran apoyados en el suelo esperando a la próxima batida para cambiar de miembros, lo que se conoce como “trote”.

El desplazamiento del caballo peruano de paso es original, propia y natural o igualmente dirigida por el hombre: avanza en forma lateral principalmente, o sea que el casco anterior y posterior del mismo lado se deslizan a un mismo ritmo a esto se le llama “andadura” o “ambladura”.

El caballo peruano de paso es usado en las tres regiones del país y es un animal utilísimo. No solo constituye un colaborador infatigable en las labores del campo, sino un controlador de plagas y enfermedades, de los riegos, de las fallas en la germinación o del ataque de algún insecto que destruya las plantas y además es también un medio de acercamiento a las grandes vías de comunicación de los mas alejados centros de producción de nuestra patria. Cabe mencionar que existen fundos de grandes extensiones que son recorridos a caballo ahorrando tiempo en las jornadas diarias, dando comodidad al jinete.

Pasando los 1000 metros sobre el nivel del mar, a todo lo largo de nuestro territorio, el caballo constituye en la generalidad de las veces, un medio de transporte entre los pequeños poblados y caseríos, intensificándose esta intercomunicación cuando se apartan las viviendas y se alejan de las zonas agrícolas y pecuarias. Igualmente, se utiliza como elemento de comunicación y transporte de personas, animales menores y víveres, que son conducidos hacia los mercados de los centros poblados en que el campesino y pequeños productores viajan hacia esos lugares a realizar sus operaciones comerciales.